Los Bienes de Interés Cultural (BIC) son elementos o conjuntos de elementos que poseen un valor cultural, histórico, artístico o arquitectónico excepcional, y por lo tanto, son considerados dignos de ser preservados y protegidos para las generaciones futuras. Estos bienes pueden incluir monumentos, edificios históricos, sitios arqueológicos, obras de arte, documentos, zonas urbanas y rurales, y otros elementos que representan una parte importante del patrimonio cultural de una región o país.
La designación de un bien como BIC implica una serie de responsabilidades y restricciones legales para su propietario o administrador. Esto se debe a que la preservación de estos bienes es esencial para conservar la historia y la identidad de una sociedad. Los BIC a menudo son objetos de estudio y conservación por parte de expertos en patrimonio cultural y arqueólogos, y su mantenimiento adecuado es clave para garantizar que sigan siendo accesibles y apreciados por las generaciones futuras.